martes, 17 de marzo de 2009

Aprendiz

Durante unas vacaciones ella le enseñó a él a manejar el auto. Aprendió muy rápido y si bien ya sabía como hacer todo lo que puede hacerse con un auto, le faltaba la soltura que da la práctica.
Sin embargo, el aprendiz ya no lo entendía así. Había llegado al punto en que afirmaba a quien quisiera oírlo que manejaba mejor que su docente.
Iban por una ruta al sur, con un sol que rajaba la tierra. Habían hecho varios cientos de kilómetros, insistiendo en que le permita manejar y el instinto asesino de ella empezaba a aflorar. Por eso le cedió el volante y se pasó al puesto de copiloto cuando la ruta estuvo suficientemente solitaria.
Todo fue tranquilo, hasta que la ruta empezó a tener mas tráfico. Entonces ella le pidió que pusiera las balizas y que estacione en la banquina.
Miro por el retrovisor, presionó el botón del tablero y se apartó de la ruta hasta estacionar. Al finalizar la maniobra, con aire suficiente le dijo:
-¿ves que no tenías de qué preocuparte? ¡puedo hacerlo mejor que vos!

Ella reprimió un insulto, y sonrió. Finalmente, con estudiada teatralidad y el más dulzón de los tonos le respondió;

-Perfecto, mi amor. Ahora que estacionaste, ya podes apagar el desempañador de la luneta trasera y pone las balizas, por lo que más quieras!!!!

10 comentarios:

  1. Oiga, viejo, pásese por el blog que tiene un algo esperándolo.
    Si si, ya sé, no me venga con lo del autbombo que esto es para usted.

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  2. Ya habia pasado, quizas no se dio cuenta. Fíjese, creo que fui el único que no incluyo la frase "no me lo merezco". No por falta de humildad, créame, es que no sé como se escribe merecer...

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  3. Disculpe, no lo había visto.
    Es que no tenía puestas las balizas...

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  4. Disculpeme, pero a esa respuesta, se le aplica un bife..y si reincide, los apostoles de Barreda tenemos varias opciones para usted.

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  5. Ése es mi pollo, carajo.

    Está bien, deje, yo limpio...

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  6. ¡Pero que reventada!

    Cualquiera puede equivocarse... recuerdo muy bien cuando buscando el freno de mano le metí un manotazo ejemplar a una compañera de facultad... y... ejem...

    No fué dulzón el asunto. Fue mas bien picante, sobre todo en mejilla derecha.

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  7. Gracias por la oferta, don Cosme, pero en este caso ofrezcale ayuda al aprendiz, no a mi.

    Gato, que excusa mas inverosimil! Sería mas verosímil si la que confunde la palanca de cambios fuera ella.

    Mariano, retirese inmediatamente. Andar gargajeandose vaya y pase... pero proclamarlo asi, casi con orgullo... es inadmisible. Menos mal que se ofreció a limpiarlo ud mismo...

    A todos:

    La historia fue deliberadamente deshecha y vuelta a armar, con algunos agregados aqui y acullá, al punto de que perdió su sentido primigenio, según puedo colegir de vuestras apreciaciones.
    Yo pretendia denostar más la falta de humildad del aprendiz antes que el mal manejo de la ira de la docente. Curioso, no? Imaginense la historia con un docente hombre y una aprendiz mujer. Pensarían lo mismo?

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  8. Viejex, tenés razón. Yo lo había entendido así también, sobre todo porque es una escena bastante familiar para mí.

    Él aprendió a manejar bastante después que yo y se manda cada moco que no puedo dejar de advertírselo mientras maneja. Y como por supuesto no lo acepta, se arman unas discusiones que ni te cuento sobre esas pobres cuatro ruedas...

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  9. pah como yo de manejar ni idea, ni creo que tenga ganas de saberlo, puajjjj

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  10. Ceci, hay sufrires irrenunciables. Coraje, m'hija. Pero todos nos mandamos macanas, y el que este libre de resfrio que arroje el primer..ehr... guijarro.

    Divagadora: quiza ud pueda explicarme como sucedió que la mitad de mis lectores (es decir 2 o 3) vienen de la costa oriental del Rio de la Plata? Demas esta decir que le agradezco que haya saltado ud también el charco ese que nunca podra separarnos.

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Diga algo, ¡por favor! No puedo creer que con estas zonzeras haya perdido el habla, lector.

Le gustó? Lo siento. Quizás tenga mas suerte con otros artículos. Aunque lo más probable es que no.

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